I D E A R I O

Nuestro ideario está inspirado en los valores cristianos más asumidos y vividos por nuestras Fundadoras.

Los valores son los siguientes:

  • Transmitir el conocimiento del Amor de Cristo y de María.
  • Capacidad de Perdón y Amistad.
  • Respeto y solidaridad con todos y especialmente con los más necesitados y los que sufren.
  • Conciencia y compromiso en la construcción de un mundo más humano y fraterno.   
  • Responsabilidad en el trabajo, entrega personal y servicio.
  • Alegría, sencillez y acogida dentro de un clima de diálogo.

Con la Cruz, Jesús comparte y comprende nuestras dificultades.

Por eso la cruz es símbolo de Amor.

CARÁCTER PROPIO DE LOS CENTROS “ CRISTO CRUCIFICADO”

INTRODUCCIÓN:

 El instituto de Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, fiel al espíritu de sus fundadoras, María Seíquer Gayá y Amalia Martín de la Escalera, es esencialmente apostólico, orientado a la educación de la infancia y la juventud. Al presentar hoy el Carácter Propio de “Cristo Crucificado”, según pide el art. 22 de la Ley Orgánica del Derecho a la Educación, y en conformidad con los principios básicos de la Constitución Española, pretendemos expresar la identidad de nuestros Centros: quiénes son, qué hacen, cómo funcionan, cómo ofrecen su servicio educativo.

 Deseamos también que este Carácter Propio, con la debida flexibilidad, sea el marco común de referencia para todas las Comunidades Educativas de los Centros Cristo Crucificado de España, es decir, el eje de convergencia de todas las actividades educativas que se realicen. Manifestamos desde aquí claramente, que nuestra propuesta educativa está basada en los principios doctrinales de la Iglesia Católica y arranca de su misión docente y evangelizadora: es oferta de servicio a aquellas familias de nuestro país que deseen una educación cristiana para sus hijos.

Destaca en el Carácter Propio el valor de la Comunidad Educativa como principio vital de toda la tarea de formación integral. Esta Comunidad se construye al asumir todos los que la formamos la responsabilidad global del Centro. Por eso se entiende la participación en la vida del Centro como un derecho y un deber de corresponsabilidad y coherencia que tenemos todos los componentes de la Comunidad Educativa para hacer vida los principios que aquí presentamos. Este Documento presenta un ideal de escuela que no existe en la realidad, pero en el que queremos inspirarnos cuando nos dispongamos a elaborar nuestros Proyectos Educativos y a programar las diversas actividades del Centro. Presenta lo que nuestros Centros quieren ser y esto hace que la definición del Carácter Propio se convierta en un estímulo para todos los miembros de la Comunidad Educativa.

Día de la Paz 2020

PARTE PRIMERA.

– IDENTIDAD DE NUESTROS CENTROS EDUCATIVOS.

Los Centros de Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado se identifican ante la sociedad como confesionalmente católicos, y están animados por la voluntad decidida de servicio al hombre y a la sociedad, dentro de la misión de la Iglesia, con una opción definida hacia los sectores más necesitados.

1.- LOS ”CENTROS CRISTO CRUCIFICADO”

· Las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado consideramos la escuela como el lugar más apto para la realización de nuestra acción apostólica. En ella podemos cumplir con particular eficacia nuestra tarea de Evangelización, ya que su misión es formar integralmente al hombre según el modelo de Cristo, y capacitarlo para el progresivo conocimiento de la Verdad.

· Intentamos desarrollar, unificar y enriquecer la personalidad de los alumnos gracias a una acción ~ atenta a cada persona ~ abierta al mundo y a los problemas humanos ~ en referencia a los valores del Evangelio

 · Nos constituimos en Comunidad Educativa que desea comprometerse y colaborar en la consecución de una sociedad nueva y más justa, buscando su sentido pleno en Cristo Crucificado.

· Como Centros católicos se proponen como objetivo la formación integral del alumno mediante el desarrollo armónico y progresivo de su personalidad humana y cristiana.

· Promovemos una enseñanza religiosa de acuerdo con las orientaciones de la Iglesia católica y posibilitamos una catequesis en la que se expresa y celebra comunitariamente la fe.

 · En los Centros  “Cristo Crucificado”, por fidelidad a su condición cristiana y por su opción de servicio a la sociedad, adoptamos una actitud de acogida y respeto entre educadores, familias y alumnos. Estamos abiertas a todos los que deseen el tipo de educación que en ellos se imparte. Esto no puede llevar por parte del Instituto a la renuncia o alteración del proyecto educativo inspirador.

· Estamos abiertas al entorno socio-cultural, a la familia, a la parroquia, a través de actividades extraescolares.

 · Intentamos vivir en un ambiente sencillo, de familia, de trabajo en equipo, con una actitud fraterna que nos abre a la solidaridad universal.

· Los Centros de “Cristo Crucificado” procuran la financiación pública, como un derecho de los padres y como una opción justa en una sociedad democrática que debe favorecer la igualdad de oportunidades.

 · En su organización y estructura se busca la actitud de servicio y no el sentido de lucro.

2.- ESTILO DE NUESTROS CENTROS.

 En nuestras tareas educativas no hemos de perder de vista el Carisma propio del Instituto, que nos compromete a trabajar en la restauración cristiana de la sociedad, principalmente en zonas rurales, por medio del testimonio de nuestra vida, y por ello el estilo propio de nuestros Centros está caracterizado por los siguientes rasgos:

  • Transmitir el conocimiento del amor misericordioso de Cristo, muerto y resucitado por nosotros, que nos muestra el valor redentor de la Cruz.
  • Conocimiento de María y el lugar que ocupa en la Historia de la Salvación.
  • Capacidad de perdón y amistad.
  • Alegría y sencillez en un clima de fraternidad, acogida y diálogo. î Una atención preferente a los más necesitados y de solidaridad con los que sufren.
  • Responsabilidad en el trabajo, con todo lo que supone de entrega personal, gratuidad y servicio.
  • Participación esperanzada en la labor educativa, haciendo realidad visible la corresponsabilidad y la comunión.
  • Conciencia y compromiso en la construcción de un mundo más humano y fraterno. Esto mismo debemos proponernos en las obras que son prolongación del Centro: actividades extraescolares, movimientos de juventud, educación para el ocio, asociación de ex-alumnos… etc…

 PARTE SEGUNDA.

– EDUCACIÓN CRISTIANA

 I. EDUCACIÓN INTEGRAL.

En nuestros centros queremos:

* Ayudar a los alumnos a descubrir y potenciar sus posibilidades físicas, psíquicas e intelectuales y afectivas, y aceptar sus propias cualidades y limitaciones.

* Propiciar el crecimiento de la dimensión social de los alumnos.

* Potenciar el desarrollo de su dimensión ética y trascendente, encaminar nuestra acción educativa a la búsqueda del sentido de la existencia humana, y presentar el mensaje de Jesucristo sobre el hombre, la vida, la historia y el mundo.

* Se comprometan en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. 

* Descubran los valores evangélicos, viviéndolos en una sociedad pluralista.

 * Se abran a la experiencia del encuentro con la persona viva de Jesucristo.

Este ideal implica también a los educadores, que con los alumnos y sus padres participan en el itinerario común de formación continua, respeto y mutua comprensión.

 II. FORMACIÓN RELIGIOSA.

La referencia a la dimensión trascendente es una realidad tan amplia e importante en las culturas de los diversos pueblos, que nadie puede ignorarla sin quedar privado de algo fundamental en su formación humana. El cristianismo, por tanto, es objeto de enseñanza en nuestros Centros porque pertenece a la dimensión cultural, hasta tal punto que es uno de los elementos constitutivos de la cultura occidental. Por eso la enseñanza religiosa escolar:

 – Supone un estudio sistemático de la religión cristiana, y en concreto, de la religión católica.

– Quiere dar respuesta a los grandes interrogantes existenciales que se plantean a la persona humana.

– Contribuye a la formación de una actitud crítica y comprometida respecto a la sociedad.

– Es impartida en un marco de respeto y de libertad y nos permite ofrecer a los alumnos la posibilidad de plantearse la propia existencia según el Evangelio.

El respeto a la persona nos mueve a promover la formación de unos alumnos conscientes, libres y responsables, a través de un planteamiento fundamentado y crítico del tema religioso. De este modo, pretendemos que los alumnos no creyentes puedan confrontar su situación de incredulidad con las perspectivas de la fe; los que están en situación de búsqueda puedan reflexionar y clarificar sus dudas, y los creyentes puedan integrar la propia opción religiosa en la cultura, y capacitarse así para dar razón de su fe.

III. VALORES PRIORITARIOS.

Lo que define y especifica el tipo de educación que queremos ofrecer a la sociedad es la referencia a una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo, junto con la propuesta de una síntesis entre fe, cultura y vida. Por eso pretendemos favorecer el diálogo entre cultura y fe, con el fin de propiciar la debida síntesis por parte de los creyentes de la Comunidad Educativa. Para los educadores, la presentación y asimilación crítica de la cultura, supone también la adquisición de una serie de criterios valorativos, que determinan la propia concepción de la vida y del hombre. Pero no queremos contentarnos con presentar una serie de valores de carácter cristiano como simples objetos de estima, sino como generadores de actitudes humanas. Algunas de esas actitudes son:

 – La libertad respetuosa y la responsabilidad consciente.

– La sincera y permanente búsqueda de la verdad y la crítica equilibrada y serena.

La solidaridad y el espíritu de servicio para con los demás, y la sensibilidad por la justicia.

– La especial conciencia de ser llamados a actuar como revulsivo en una sociedad injusta y alejada de las exigencias del Reino.

TERCERA.

EL ESTILO EDUCATIVO.

1.- LÍNEAS EDUCATIVAS DE LOS CENTROS “ CRISTO CRUCIFICADO

 En nuestros Centros queremos formar a nuestros alumnos haciéndoles responsables ”hoy” de su trabajo y corresponsables “ mañana” de sus familias y de la sociedad en que tendrán que vivir, tal como lo expresaron nuestras fundadoras: “… son almas que Jesús pone en nuestras manos para que se las forme para el mañana. Hoy más que nunca, se tienen que forjar las almas en verdad y fortaleza de cristianos verdaderos, para que sepan defenderse y vivir como Dios manda”.

Nuestra línea pedagógica se sintetiza en :

 – Atención y amor personal a cada alumno, aceptándolo tal como es.

– Preferencia por los alumnos que tienen algún tipo de limitación o marginación.

– Confianza en las posibilidades de crecimiento personal de cada alumno, utilizando la motivación y el estímulo para conseguir la formación y superación de sí mismo.

 – Lograr que los alumnos se hagan conscientes del mundo y sus necesidades, así como de sus propias responsabilidades en relación con él, dándoles hábitos de trabajo y de orden que les ayuden a conseguir una sólida cultura con espíritu de servicio y corresponsabilidad: escuela-vida.

– Favorecer la adecuada educación de la libertad, proponiendo objetivos graduales, sugiriendo métodos y creando estímulos.

 – Educar en la solidaridad y colaboración como un valor que contribuye a reforzar en los alumnos el sentido de la responsabilidad, eliminando todo individualismo, favoreciendo el trabajo en equipo y la participación.

2.- DESARROLLO INTELECTUAL Y DE OTRAS CAPACIDADES.

Gran parte del trabajo de nuestros Centros se dirige al desarrollo de las aptitudes intelectuales de los alumnos y de otras capacidades que les preparan para conseguir su autonomía personal. Por eso:

Damos la debida importancia al trabajo intelectual para que cada alumno llegue al máximo de sus posibilidades. Fomentamos el estudio como búsqueda de la Verdad.

 – Damos relieve al dominio de los cauces de comunicación, a la expresión oral y escrita, a la valoración de la imagen y utilización de los medios de comunicación social.

– Intentamos potenciar las técnicas de aprendizaje sobre la acumulación de contenidos y equilibrar el trabajo teórico con el manual y el técnico.

 – Suscitamos un talante dinámico, no estático; abierto a la necesidad de una continua actualización de los saberes, preparado para la evolución y el cambio como constantes de la vida en todos sus aspectos.

– Educamos en la formación y el crecimiento de la capacidad creativa.

 – Orientamos para el ocio y su aprovechamiento, fomentando todas aquellas actividades escolares y extraescolares que favorezcan la educación en el tiempo libre y despierten intereses y aficiones según las diversas edades de los alumnos: cultura, deportes, naturaleza..

3.- METODOLOGÍA DIDÁCTICA ABIERTA Y FLEXIBLE.

Nuestros Centros aspiran a la concreción de una pedagogía abierta y flexible que sea capaz de integrar en cada momento las ciencias pedagógicas, lo que supondrá una constante actualización. Esta característica exige que el Centro:

  • Adapte la metodología a las posibilidades reales y a las necesidades de los alumnos, respetando las disposiciones legales vigentes.
  • Potencie y estimule la actividad, la creatividad y la originalidad de los alumnos, individualmente y en grupo, con el fin de favorecer al máximo su autorrealización.
  • Estudie los resultados de la investigación educativa y analice las posibilidades de aplicación a su realidad.
  • Lleve a cabo intercambios de experiencias con otros centros y se incorpore a los movimientos de renovación y actualización que repercutan en la mejora de su calidad educativa.
  • Evalúe constantemente las innovaciones didácticas, de organización… para verificar su incidencia en la mejora de la calidad de la enseñanza y de la educación. Queremos, en fin, que nuestros alumnos se sientan felices en su trabajo, en las relaciones con los profesores y compañeros, en todas las actividades que constituyen la vida del Centro.

 4.- EVALUACIÓN DEL PROCESO EDUCATIVO.

Todos los aspectos y dimensiones de la escuela y del proceso educativo deben ser, en algún momento, objeto de evaluación: el plan de estudios, el trabajo docente, el programa educativo, la organización escolar, así como los diversos ámbitos del crecimiento y maduración de los alumnos, es decir, los aspectos cognoscitivos, afectivos, sociales, religiosos. Este proceso de evaluación global es un estímulo y una orientación constante para verificar el nivel de calidad y adecuar las actividades formativas a las necesidades de los alumnos y del Centro, consiguiendo así la mejora de la acción educativa.

PARTE CUARTA.

– COMUNIDAD EDUCATIVA

 La Comunidad Educativa se constituye por la armónica integración de sus diversos grupos, cuyos miembros se comunican periódicamente sus realizaciones, objetivos e ilusiones, en el marco de un proyecto educativo común. La integración armónica se manifiesta mediante una participación efectiva y una acción educativa coherente. Forman parte de la Comunidad Educativa:

– La entidad titular: Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado.

Los alumnos.

– Los profesores.

– Los padres o tutores.

– El personal administrativo, de servicio y demás colaboradores.

La responsabilidad que se asume al formar parte de la Comunidad Educativa se puede definir en los siguientes objetivos:

  • Compartir la capacidad educativa aportando, en espíritu de servicio, las competencias, habilidades y experiencias.
  • Tener en cuenta las diferentes edades, experiencias, capacidades, preparación y acompañar su desarrollo en el trabajo respectivo.
  • Esforzarse en construir una comunidad viva, en la que cada uno, buscando el bien de los demás, trata cuanto se refiere al Centro como algo propio y que interesa a todos.
  • Ponerse en actitud de aprender, porque todos en la Comunidad pueden dar y recibir, es decir, aprender los unos de los otros.

La construcción de esta Comunidad es un objetivo último que, impregnado de idealidad, se transforma en compromiso que se asume al determinarse a formar parte de la misma. En la medida en que la Comunidad educativa se convierte en cristiana, los creyentes se sienten acompañados en el testimonio de su fe, y pueden aprender a vivir como miembros de la gran comunidad que es la Iglesia.